Para Fernando, el premio de Nóbel no tiene ningún merito y en su imagen, se puede regalarlo a cada persona talento o el que no tiene ningún talento: (( No creo en la seriedad del Premio Nobel. Creo que se lo entregan a cualquiera, tenga méritos o no. En mi opinión, un Premio Nobel de Literatura es equivalente a un Concurso de Belleza de Miss Universo. No tiene ninguna importancia, salvo el dinero que recibe el ganador )).
Como todas las entrevistas, le preguntamos sobre sus actividades en actual y que si quiere escribir un libro nuevo o no. El queja de los traductores de sus obras y nos dice: (( Casi no tengo tiempo para escribir relatos nuevos. Continuamente tengo que responder consultas que me formulan los traductores sobre cuentos míos que pasan a otros idiomas. Se me escapan muchas horas realizando tareas paraliterarias. Sin embargo, no me resultan desagradables )).
Ya que estamos leyendo las respuestas de este escritor,pensando sera mejor que no habiamos preparado otras mas a él,sino este escritor en las conversaciones siguientes deja las periodistas al lado de los traductores.
Como todas las entrevistas, le preguntamos sobre sus actividades en actual y que si quiere escribir un libro nuevo o no. El queja de los traductores de sus obras y nos dice: (( Casi no tengo tiempo para escribir relatos nuevos. Continuamente tengo que responder consultas que me formulan los traductores sobre cuentos míos que pasan a otros idiomas. Se me escapan muchas horas realizando tareas paraliterarias. Sin embargo, no me resultan desagradables )).
Ya que estamos leyendo las respuestas de este escritor,pensando sera mejor que no habiamos preparado otras mas a él,sino este escritor en las conversaciones siguientes deja las periodistas al lado de los traductores.
Sorrentino de du boca:
Nací en Buenos Aires el 8 de noviembre de 1942.
La mayor parte de mi infancia y de mi adolescencia transcurrió en el grisáceo cuadrilátero comprendido por las avenidas Santa Fe, Juan B. Justo, Córdoba y Dorrego.
En épocas muy juveniles, fui empleadillo de oficina. En épocas no tan juveniles, y por larguísimo tiempo, fui profesor de lengua y literatura en diversos colegios secundarios; en general, he recibido el afecto de mis alumnos y de mis colegas, lo que me indica que soy un buen tipo.
En los intersticios laborales, he tratado de leer y he tratado de escribir.
Tengo sensibilidad para gustar de la belleza poética, pero carezco del mínimo talento para escribir un poema meritorio. Destruí mis poesías juveniles sin culpa, pues no me parecía sensato agregar más fealdades al mundo.
En cambio, estoy bastante conforme con mis invenciones narrativas. Según dicen los hombres dignos de fe, en mi literatura de ficción hay una curiosa mezcla de fantasía y humor que discurre en un marco a veces grotesco y razonablemente verosímil.
En general, me siento muy cómodo conmigo mismo. Estoy por completo desprovisto de vocación para formar parte de ningún grupo literario, de ningún comité de ineptitudes afines, de ningún club de elogios recíprocos. Confieso, eso sí, que milito en las perseverantes huestes de la AKDé.
Me gusta más leer que escribir, y en verdad escribo muy poco. A lo largo de casi cuarenta años no tengo demasiada bibliografía para exhibir.
Como todo el mundo, en mayor o menor medida, he recibido algunos premios literarios.
En suma, soy relativamente feliz
Buenos Aires, 25 de octubre de 2008
S.Fatemeh Mortazavi
Agradezco mucho a Señor Sajad Saheban Zand
Nací en Buenos Aires el 8 de noviembre de 1942.
La mayor parte de mi infancia y de mi adolescencia transcurrió en el grisáceo cuadrilátero comprendido por las avenidas Santa Fe, Juan B. Justo, Córdoba y Dorrego.
En épocas muy juveniles, fui empleadillo de oficina. En épocas no tan juveniles, y por larguísimo tiempo, fui profesor de lengua y literatura en diversos colegios secundarios; en general, he recibido el afecto de mis alumnos y de mis colegas, lo que me indica que soy un buen tipo.
En los intersticios laborales, he tratado de leer y he tratado de escribir.
Tengo sensibilidad para gustar de la belleza poética, pero carezco del mínimo talento para escribir un poema meritorio. Destruí mis poesías juveniles sin culpa, pues no me parecía sensato agregar más fealdades al mundo.
En cambio, estoy bastante conforme con mis invenciones narrativas. Según dicen los hombres dignos de fe, en mi literatura de ficción hay una curiosa mezcla de fantasía y humor que discurre en un marco a veces grotesco y razonablemente verosímil.
En general, me siento muy cómodo conmigo mismo. Estoy por completo desprovisto de vocación para formar parte de ningún grupo literario, de ningún comité de ineptitudes afines, de ningún club de elogios recíprocos. Confieso, eso sí, que milito en las perseverantes huestes de la AKDé.
Me gusta más leer que escribir, y en verdad escribo muy poco. A lo largo de casi cuarenta años no tengo demasiada bibliografía para exhibir.
Como todo el mundo, en mayor o menor medida, he recibido algunos premios literarios.
En suma, soy relativamente feliz
Buenos Aires, 25 de octubre de 2008
S.Fatemeh Mortazavi
Agradezco mucho a Señor Sajad Saheban Zand
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